VALERIO

Ya no es un salvaje, un niño de la calle. Un animal. O un buscavidas. Todo lo contrario: su amor por el conocimiento y su agudísima inteligencia, lo han convertido en un hombre refinado. Tolerante. Elegante y culto. Que administra el telar de Teresa y que le ayuda en su aventura de ayudar a las esclavizadas prostitutas ilegales de la ciudad.
La relación entre Valerio y Teresa , se ha convertido en la relación entre una madre y un hijo.

Atrás quedaron sus supercherías y miedos. Sigue siendo curioso. Incansable, obstinado. E inquieto.